Así lo recoge en el plan presentado ante el Ministerio de Medio AmbienteEl final de los vertidos de fosfoyeso no tiene que suponer el cierre de la totalidad de las instalaciones de Fertiberia en la avenida Francisco Montenegro. Ese es el planteamiento que han venido manteniendo los sindicatos después de que la Audiencia Nacional diese la razón a la Dirección General de Costas (ahora Dirección General para la Sostenibilidad de la Costa) en el contencioso que mantenía con Fertiberia, considerando caduca la concesión para poder verter fosfoyesos en el dominio público. A la espera todavía de una respuesta de Costas al plan de final de vertido y regeneración de la marisma presentado por Fertiberia, la empresa se ha mostrado receptiva a ese planteamiento de mantener parte de la actividad realizado por los trabajadores (también por la Junta de Andalucía) y, según los delegados sindicales, ha incluido en el plan entregado a Costas el mantenimiento de tres líneas de producción una vez cesen los vertidos.Fertiberia cuenta en sus instalaciones de la avenida Francisco Montenegro con varias líneas de producción para ácido fosfórico, sulfúrico, fosfato monoamónico (MAP), fosfato diamónico (DAP) y abonos complejos (NPK). Son estas tres últimas las que podrían permanecer en funcionamiento aún interrumpiéndose el vertido de fosfoyeso, un residuo o subproducto (según lo considere la Comisión Europea o la Junta de Andalucía) resultante de la producción de ácido fosfórico.Según explica el presidente del comité intercentros de Fertiberia, Gregorio Falero, "técnicamente es posible que estas tres plantas funcionen de forma independiente, otra cosa es la viabilidad económica porque habría que traer ácido fosfórico de fuera". Hasta hace escasas fechas la empresa había aseverado a los trabajadores que el mantenimiento de estas tres plantas de forma independiente era inviable, pero según Falero "ahora ha mostrado su voluntad de dejar una instalación para 120 o 130 personas", con una apuesta clara por la producción de NPK, también con DAP y la posibilidad de mantener el MAP, aunque en este caso harían falta más modificaciones técnicas. Aunque como condición para poder mantener estas plantas "tendría que aprobarse el plan propuesto por la empresa". Y todavía habría que esperar para ver el desarrollo de la crisis económica, que está afectando profundamente a la fábrica.El plan presentado por la empresa pasa por una reducción inicial de los vertidos de fosfoyeso a la mitad, para ir reduciéndolos después progresivamente hasta cesar por completo en el año 2012. Basándose en este documento, todavía por aprobar por Costas, la empresa reiteró ayer al comité su intención de cerrar definitivamente dos de las cuatro líneas de ácido fosfórico, que están paradas desde hace meses por la disminución drástica de las ventas. Esta clausura supondría la salida de entre 70 y 80 trabajadores de la empresa y fue rechazada ayer de nuevo por el comité de empresa, por considerar que se trata de "una decisión unilateral que no tiene sentido hasta que no se pronuncie la Dirección General de Costas". Los trabajadores siguen reivindicando que se pongan de nuevo en marcha las dos plantas de fosfórico y se reactive la de ácido sulfúrico, "que está prácticamente parada mientras se está comprando ácido a Atlantic Copper".La empresa no se pronuncia desde hace semanas sobre su situación, a la espera precisamente de la respuesta de la Dirección General para la Sostenibilidad de la Costa. Mientras tanto, esta Dirección General está preparando un grupo de trabajo sobre la regeneración de las balsas de fosfoyeso, que sería paralelo al anunciado por la Junta de Andalucía (que parece haberse frenado tras los cambios en el Gobierno andaluz). Costas es la titular de la marisma sobre la que se han depositado los fosfoyesos y estudia encargar a la empresa Tragsa un trabajo sobre la restauración, el que sería también el objetivo del grupo de la Junta de Andalucía.
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